viernes, 14 de abril de 2017

Un culto a una fe.

San Sebastián, además de su historia y el brillo de sus hijos, también se reconoce en la religiosidad y el culto a Nuestra Señora de la Caridad y la Misericordia, venerada desde 1692. La Cofradía de la Virgen de la Caridad es una de las más antiguas del país; el santuario de la virgen se encuentra frente a la plaza de Los Tres Diputados, mientras que la viejísima Iglesia mayor, con su frente de ladrillos, se halla a un costado de la plaza Bolívar.
Este pueblo es una historia, un culto, una fe, un poeta. Miguel Ramón Utrera con su Premio Nacional de Literatura terminó de darle nombradía al pueblo. Es difícil conseguir a una hora, hora y media de Caracas, a una localidad con tan interesantes características, señala José Gregorio Correa, un joven profesor de historia, nombrado por la alcaldía como cronista oficial.
Refiere Correa que últimamente San Sebastián es reconocido foráneamente por su exquisito queso de mano, y las frescas carnes rojas.
Y si usted pasea por el casco urbano, es posible que se tope con Damaris Estrella, una niña delgada, dulce y de mirada triste, que lleva al hombro una bandejita con vasitos plásticos llenos de manjar de parchita, preparados por su madre, la señora Estrella. Son deliciosos y ella los vende en 300 bolívares. Pero además, en este pueblo del sur del Estado Aragua, ubicado a unos 120 kilómetros de Caracas y unos 20 minutos de San Juan de Los Morros, se siguen moldeando bustos de Bolívar, se interpreta música clásica, y los fines de semana, en bares y patios de bolas criollas, se canta y baila el sabroso joropo central, o golpe aragüeño, con arpa, maraca y buche (garganta). Los bares y patios de bolas criollas funcionan como refugios en donde se mantiene viva la tradición folclórica musical.
La casa sede del Ateneo de San Sebastián es una de las edificaciones emblemas del pueblo, que conserva parte de su patrimonio arquitectónico. El viejo caserón totalmente restaurado es una de las edificaciones que rodean la plaza de Los Tres Diputados.
Se afirma que la casa fue levantada en 1880. En sus espacios se fundó y funcionó, desde 1936, la antigua Escuela Federal Pedro Aldao. Posteriormente fue posada, sala de cine, teatro y circo, club social, sala de juegos, billar, restaurante, panadería, bar, discoteca, frutería. La estructura de la casona se fue deteriorando y, en 1991, Cementos Caribe se comprometió a rescatarla y entregársela al pueblo.
En el patio descubierto del ateneo, bajo luz de luna y cielo estrellado, la Orquesta Infantil y Juvenil de San Sebastián, patrimonio local, suele ofrecer conciertos, que arrancan exclamaciones de admiración en el público y en Carmen de Casañas, presidenta del Ateneo de San Sebastián. ¿Verdad que es una belleza?, dice, cuando los jóvenes intérpretes suenan los acordes de la obertura de Guillermo Tell.
Más abajo, en el bar Veracruz, un arpista y el maraquero cantante animan el baile interpretando el joropo central. En la pista una gran cantidad de parejas se deslizan por el recinto. El cantante sacude las maracas y se escucha la letra picante de la canción:
A quien no le va gustar
estar enamorado
de una muchacha bonita
buena por los cuatro lados
Dicen que si quieres conocer a un pueblo, debes ir a la iglesia, visitar el cementerio, y meterte en un bar, comentaría José Gregorio Correa.

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